“Solamente dos legados duraderos podemos aspirar a dejar a nuestros hijos:
Uno, raíces; el otro, alas.”
Hodding
Carter
El Espacio Educativo la Oropéndola nace fruto de un proyecto colectivo que
pretende la crianza respetuosa y con apego; desde el apoyo mutuo y
fortaleciendo tanto el compromiso como conciencia social y medioambiental.
A través de la Asamblea, y manteniendo la horizontalidad y la
responsabilidad colectiva, se gesta un espacio físico, emocional y vital de
crecimiento integral, una comunidad de aprendizaje, un proyecto en crecimiento,
vivo y en constante construcción.
La Oropéndola entiende que los niños y niñas son seres humanos completos,
capaces y libres. Por ello les ofrecemos un lugar donde desarrollar sus
intereses, su curiosidad por conocer, experimentar y relacionarse. Este espacio
es un lugar donde los adultos acompañan a los niños y niñas en sus procesos de
descubrimiento y aprendizaje, favoreciendo esas experiencias con amor, respeto,
confianza e información. Lo hacen desde múltiples metodologías adaptadas a las
necesidades individuales y grupales, con una visión holística de la educación y
de la vida. Es por tanto; un proyecto ecléctico, abierto y siempre en búsqueda.
¿QUÉ QUEREMOS?
“(…)
soy la pupila asombrada
que
descubre como apunta,
soy
todo lo que se junta
para
vivir y soñar.
Soy
el destino del mar,
soy
un niño que pregunta.”
Silvio
Rodríguez
FINALIDAD
Proporcionar un
espacio educativo para el desarrollo integral de los niños y niñas, de sus
familias y acompañantes basado en el respeto, la libertad, la ausencia de
directividad, el apoyo mutuo y la responsabilidad compartida.
PRINCIPIOS EDUCATIVOS
·
Fomento de la
autonomía personal y social de los niños y niñas, entendida desde una
perspectiva integral, es decir teniendo en cuenta las facetas física,
emocional, afectiva, intelectual, etc. Para ello, consideramos que hay que
acompañarlos para que consigan las estrategias necesarias para ir creciendo en
autonomía en la vida cotidiana, en sus relaciones con los otros y con el
entorno y en su proceso de aprendizaje.
·
Los intereses y
necesidades de los niños y niñas son el punto de partida. El respeto hacia sus
intereses y necesidades y la consideración de éstos como punto de partida del
aprendizaje es una cuestión clave, ya que el aprendizaje nace de la curiosidad,
de las inquietudes, de las preguntas que se plantean en su relación con el
medio y con las demás personas. Entendemos que el aprendizaje debe estar ligado
a su realidad cotidianas, a sus intereses y necesidades, tanto personales como
sociales.
·
El aprendizaje ha
de ser entendido como una experiencia y una vivencia. Y estar, por ello, basado
en la experiencia, en el descubrimiento, la manipulación y el conocimiento
directo de la realidad. El desarrollo de la curiosidad y de la experimentación
son consideradas bases del conocimiento y por lo tanto, partimos de un estilo
de aprendizaje que sea constructivo, crítico, creativo, y vivencial.
·
Consideramos de
primordial importancia garantizar y fomentar el conocimiento de sí mismos, de
sus cuerpos, de sus sentimientos, emociones, intereses, necesidades, etc. Así
como fortalecer la expresión de quienes son, a través de diferentes formas y
medios, como la palabra, el arte o la comunicación no verbal. En este sentido,
consideramos importante el fomento de la
autoestima, como forma de tomar decisiones e iniciativas de forma libre y
consciente.
·
Aceptamos de modo
incondicional y sin juicios a los niños y niñas, acompañando sus procesos, sin
imposiciones y ofreciendo a la vez herramientas para la gestión de las
emociones, de los conflictos y de las dificultades cotidianas que implica
crecer.
·
Consideramos que
el aprendizaje ha de ser sin imposiciones, es decir, no directivo. Por ello,
evitamos la imposición del aprendizaje,
convirtiendo el Espacio Educativo La Oropéndola en un lugar donde no se obliga
a nadie a hacer actividades que no desee, sin olvidar el respeto a las normas
consensuadas por el grupo. Partiendo de la confianza en el saber intuitivo que
cada persona posee, de sus deseos y de sus intereses, dejamos libre su
capacidad innata para guiar sus aprendizajes.
·
Los límites que
contemplamos en el proceso educativo vienen impuestos por el respeto a uno
mismo, a los demás, al espacio y a los objetos. Por ello, informamos sobre
éstos y las razones de que existan, tratando de ofrecer alternativas. La
finalidad es que los niños y niñas sepan reconocerlos, conozcan la razón de su
existencia, las consecuencias de transgredirlos y sepan encontrar sus propias
alternativas.
·
Desarrollamos
relaciones basadas en la horizontalidad, la cooperación y el apoyo mutuo, con
la finalidad de favorecer, iniciativas, deseos de compartir, deseos de soledad,
necesidades y, de este modo, se vayan entretejiendo las redes que conectan a
niños, niñas y acompañantes. Construimos, por tanto, un espacio donde grandes y
pequeños podemos crecer juntos.
·
Creamos un
ambiente de seguridad física y afectiva, y favorecemos que cada niño y niña
encuentre su lugar dentro del grupo y del espacio.
·
Buscamos también
la satisfacción personal, la motivación intrínseca de los niños y niñas, que
entiendan y valoren las causas y las consecuencias de sus actuaciones, tomando
conciencia de los demás y de la relación que mantienen con ellos. No buscamos
que los niños y niñas actúen movidos por la existencia en el proceso de
aprendizaje de premios o castigos.
·
Entendemos el conflicto
y las dificultades como un reto, como una oportunidad de aprender y de crecer
como personas.
Para el desarrollo de los fines
educativos nos servimos de:
o
El entorno
natural, como espacio donde se
estimule el deseo innato de aprender y la curiosidad. Creemos imprescindible
crear y confeccionar un ambiente preparado para ell@s. Por tanto organizamos el
espacio, tanto interior como exterior, de forma que encuentren estímulos
suficientes y adaptados a su nivel de desarrollo. Poseemos la convicción de que
en esta etapa vital es primordial experimentar con la tierra y el agua, y por
ello adaptamos espacios donde se sientan libres para poder trabajar y conocer
estos elementos básicos.
o
El juego,
como herramienta de aprendizaje, ya
que reconocemos la necesidad del movimiento y el juego espontáneo como
vivencias importantes y esenciales que permiten al niñ@ expresarse, vincularse
con los otros, conocerse a sí mismo y a su entorno.
o
El diálogo
positivo, ya que el uso de una
metodología basada en el diálogo facilita el aprendizaje sin necesidad de
imponer, y crea un marco y un ambiente mejor aceptado de modo natural que la
elaboración de propuestas con finalidades concretas y definidas previamente por
el adulto. El acompañamiento requiere delicadeza, conocimiento del arte de
escuchar y capacidad para crear una comunicación profunda entre el niño y el
adulto. Si se produce la existencia de conflictos, nuestro acompañamiento se
basa en garantizar la seguridad física y emocional, y garantizar la autonomía,
de forma que el niñ@ adquiere progresivamente suficientes herramientas como
para afrontar por sí mismo las dificultades. Este proceso conlleva para ellos
un aumento de fortaleza emocional.
o
La asamblea, como
herramienta fundamental de aprendizaje y convivencia donde los niñ@s puedan
expresar sus necesidades, deseos, acuerdos y desacuerdos, intereses, situación
emocional. Esta dinámica marca el rumbo de la organización y toma de decisiones
de aspectos relacionados con la escuela de forma consensuada.
o
La implicación y participación por parte de las
familias en el proceso educativo, ya que La
Oropéndola es fundamentalmente un espacio donde, tanto niñ@s como
adultos, crecemos. Cada uno da y recibe de diferentes maneras, por lo que las
familias están invitadas a participar activamente en la rutina de la escuela, a
través de talleres, o simplemente acompañando.