La historia sorprendente que os voy a contar sucedió el día que se creó el Espacio Educativo La Oropéndola. Ese día vinieron las familias y los acompañantes a
esta casa para limpiarla, sacar los trastos y ponerla bonita para poder jugar y
aprender en ella.
Mientras que estaban limpiándola, sacando muebles viejos y cacharros
inservibles, encontraron un papel muy raro y curioso. No era una hoja de papel
cualquiera, quien la miraba podía darse cuenta de que era un papel mágico y que
seguro que guardaba algo especial escrito.
Y así era. Cuando abrieron el papel
encontraron escrita una fórmula mágica para hacer una nube muy
particular. ¡Era la fórmula para hacer la NUBE OROPENDOLERA!
Así que se juntaron
todas las familias y acompañantes y dijeron aquella fórmula mágica, y ….
CHU, CHUPÍ, CHUCHUPÍ TIPITÍ
CHU, CHUPÍ, CHUCHUPÍ TIPITÍ
Fueron las palabras mágicas que dijeron y ..... justo en ese momento ......... ¡salió al
cielo a volar aquella NUBE OROPENDOLERA!
Y nuestra nube, no es una nube cualquiera.
No es como cualquier nube cargada de agua, sino que está cargada por las risas, los grititos, las aventuras y los juegos de los niños y niñas de la OROPÉNDOLA.
Y cada día, cuando venimos a jugar y a aprender a La Oropéndola, se vuelve a cargar para seguir viajando por el cielo.
Y sucede que esta nube, cuando deja caer su lluvia especial, no moja de la
misma manera que todas. Deja caer un agua mágica cargada de nuestras ilusiones,
nuestras risas y nuestras canciones y juegos y, cuando cae, hay personas que se
tapan y sacan el paraguas.
Pero hay otras personas que dejan que el agua mágica de la NUBE OROPENDOLERA les empape y les moje todo el cuerpo, empapándose así de nuestras risas, nuestros juegos y nuestra simpatía.
Es por eso que estamos conectados con esas personas y son nuestras amigas porque les llega lo que hacemos cada día en La Oropéndola. Están mojadas del agua mágica de la NUBE OROPENDOLERA y les encanta porque les hace vivir más alegremente.
No hay comentarios:
Publicar un comentario